Los campesinos perfeccionaron técnicas de manejo de suelo, fertilizantes orgánicos y conservación de alimentos.

Quevedo. Luego de varios meses de capacitación, socios del Centro Agrícola cantonal de Quevedo recibieron su certificado avalado por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) por haber asistido al proceso de formación en agroecología y valor agregado

Los 21 socios que participaron de las capacitaciones aprendieron sobre: elaboración de abonos orgánicos, manejo del suelo y de los cultivos diversificados, además de talleres sobre Derechos Campesinos, entre ellos el Derecho a la Soberanía Alimentaria y Medicinal.

Los talleres gestionados por Mario Macías, dirigente del Centro Agrícola Cantonal de Quevedo, reunió a agricultores de los recintos Cañalito, Peñafiel, El Delirio, La Virginia, Cuatro Mangas, La Colonia, Faita y Montoya.

Más conocimientos

Una de las actividades que más llamó la atención de los asistentes fue el de elaboración de conservas, una técnica mediante la cual aprendieron a extender la vida de las hortalizas. A decir de Luis Paredes, uno de los representantes de los campesinos, “aprender esto fue de utilidad, ya que se presentó como una solución ante los cortes de energía”.

En torno a la agroecología y soberanía alimentaria, los agricultores perfeccionaron sus conocimientos en cuanto a la reproducción de microorganismos eficientes, los cuales son aliados para los productores, ya que mejoran la calidad del suelo, aumenta la resistencia de las plantas a las enfermedades y ataques de plagas.

Los conocimientos adquiridos fueron aplicados en las fincas de los agricultores, quienes sembraron huertos con hortalizas y plantas medicinales, los cuales fueron abonados con fertilizantes orgánicos obtenidos a través de los microorganismos eficientes.

Durante la ceremonia de entrega de certificados encontramos sonriente a Mercedes Coveña, ella se mostró contenta ya que dijo estos talleres fortalecen a los campesinos y sobre todo se capacita también a las futuras generaciones sobre la importancia de cuidar el campo.

“Me siento muy contenta porque veo que a los talleres no solo asistimos personas adultas sino también jóvenes y niños. Estoy segura que con esto crece su amor al campo, que tanto nos ha dado”, dijo Mercedes.