El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, lanzó una advertencia contundente a pocos días de las elecciones presidenciales que se celebrarán el 28 de julio. En un acto público en Caracas, Maduro declaró que si sus partidarios no aseguran la victoria en los comicios, el país podría enfrentarse a un «baño de sangre» y una «guerra civil fratricida» fomentada por los «fascistas».

Maduro subrayó la importancia de una victoria contundente para «garantizar la paz y el futuro de Venezuela».

Aseguró que solo ganando se podrá mantener la estabilidad del país y evitar la violencia. El presidente venezolano también manifestó cómo se imagina la noche del 28 de julio, confiando en obtener «resultados irreversibles» a su favor.

La oposición, representada principalmente por Edmundo González Urrutia, se encuentra en una posición favorable en las encuestas, con un 59,1% de intención de voto según un estudio del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (CEPyG-UCAB) y la encuestadora Delphos. En contraste, Maduro cuenta con un 24,6% de apoyo.

El contexto electoral ha sido tenso, con el arresto de 124 opositores por parte del gobierno de Maduro, según diversas ONG’s como Foro Penal.

A pesar de estos desafíos, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) convocó a los candidatos a firmar un acuerdo para aceptar los resultados, al que asistieron ocho de los diez aspirantes, incluidos Maduro.

La advertencia de Maduro ha generado debate sobre el futuro del país y la posibilidad de «violencia postelectoral».