La Junta de Beneficencia cuenta con un personal especializado y un equipamiento tecnológico en sus diversos hospitales, para responder a las necesidades que implica un trasplante de órgano.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) los avances en las técnicas de ablación, conservación, trasplante e inmunosupresión han mejorado la efectividad y la aceptabilidad de los trasplantes médicos.
Sin embargo, la disponibilidad de células, de tejidos y, en especial, de órganos está muy por debajo de la demanda a nivel global. A ello, se suma la falta de programas nacionales consolidados, de recursos humanos especializados y el elevado costo de los trasplantes, que representan barreras para el acceso equitativo a estos procedimientos.
Para superar algunos de estos desafíos, varios países abordan distintas estrategias para devolver una esperanza a las personas que necesitan esta intervención.
En Ecuador, de acuerdo con el Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células (Indot) en el 2024 se realizaron 774 procedimientos de este tipo.
De este total, el 65,37% corresponde a trasplantes de córneas, seguido por trasplantes renales con donante cadavérico (15,50%), progenitores hematopoyéticos (13,31%), de corazón e hígado con donante cadavérico (2,20%) y trasplante renal con donante vivo (1,42%).
Debido a su compromiso con la sociedad, la Junta de Beneficencia trabaja a través de sus distintos hospitales para lograr un mejor acceso a estas cirugías. Muchos de ellos, son derivados desde una lista de espera derivada por el Indot y otros de pacientes propios.

El doctor Gonzalo Benalcázar, jefe de la unidad de trasplante de la Junta de Beneficencia, afirma que los procedimientos de este tipo representan un elevado costo y una alta especialidad, lo cual demanda de muchos recursos de una casa de salud.
“Sin embargo, como equipo médico de la Junta de Beneficencia nos hemos comprometido de manera personal a realizar trasplantes contra viento y marea, teniendo empatía con el paciente. Entendemos su dolor, su riesgo de mortalidad, la preocupación de su familia, y lo que implica el periplo de recorrer hospitales”, explica Benalcázar, quien también es jefe de gastroenterología y coordinador del programa de trasplante hepático del Hospital de Especialidades Alfredo Paulson.
Para lograrlo, la institución ha implementado en sus diversos hospitales, un equipamiento tecnológico capaz de responder a cada una de las necesidades que implica realizar un procedimiento de trasplante.
Para ello cuenta con un laboratorio de biología molecular y otro para pruebas de serología, tomógrafos, resonadores, equipos de monitoreo y de ECMO, el cual es utilizado para oxigenar la sangre y limpiarla, en pacientes con problemas cardíacos o respiratorios.
Además, la Junta de Beneficencia posee alrededor de 200 médicos especializados en este tipo de procedimientos. “Todos estos aspectos nos permite seguir los mismos protocolos que otros países como España y Estados Unidos, y estar al mismo nivel de actuación frente a diversos tipos de trasplantes”, afirma Benalcázar.
En la Junta de Beneficencia se han realizado, desde el 2009 hasta la actualidad, 833 trasplantes. Entre ellos de córnea (adulto y pediátrico), cardíaco, hepático, renal y un servicio de apoyo logístico para el almacenamiento definitivo de tejidos (musculoesquelético y osteoarticular liofilizado y membrana amniótica liofilizada) y se realiza la evaluación pre-trasplante y seguimiento post trasplante hepático pediátrico. Próximamente se efectuarán procedimientos pulmonares y reno-pancreáticos.
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