Sin embargo, la vacuna contra esta enfermedad no forma parte del esquema público de inmunización para adultos.

Aunque comúnmente se asocia a la infancia, la tosferina también representa un riesgo para los adultos, especialmente aquellos con enfermedades crónicas, mayores de 60 años y mujeres embarazadas. Sin embargo, la vacuna contra esta enfermedad no forma parte del esquema público de inmunización para adultos en Ecuador, por lo que quienes deseen protegerse deben acudir a centros de salud privados.

Especialistas en enfermedades infecciosas insisten en que la vacunación en adultos debe reforzarse cada diez años para mantener una adecuada inmunidad, particularmente en los grupos más vulnerables.

En entrevista en Contacto Directo, el médico infectólogo Andrés Díaz recalcó la importancia de que los adultos mayores que tienen contacto frecuente con bebés se vacunen, ya que los menores de tres meses tienen mayor riesgo de fallecer. «Los bebés pequeños tienen más riesgo de morir que un adulto», advirtió.

El también infectólogo Washington Alemán, en diálogo con Ecuavisa, coincidió en que las mujeres embarazadas deben ser prioridad en la inmunización. El objetivo es evitar la transmisión del virus a recién nacidos que aún no pueden recibir la vacuna.

La tosferina es una infección respiratoria altamente contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis. Se transmite a través del contacto cercano, al hablar, toser o estornudar. En adultos, suele confundirse con un resfriado común, pero puede derivar en una tos intensa y persistente.

Díaz explicó que, si bien los adultos pueden recibir un refuerzo en cualquier momento, este debe contener el componente pertussis acelular. Esta formulación, sin embargo, no está disponible en el sistema de salud pública. Su costo en clínicas privadas oscila entre 50 y 60 dólares. «El Estado debería considerar incluir este biológico en el esquema nacional, especialmente para los grupos vulnerables», opinó Alemán.

El brote de tosferina que atraviesa el país ha encendido las alertas. Según autoridades sanitarias, la venta de mascarillas ha aumentado como medida preventiva, aunque los médicos insisten en que la vacunación es la herramienta más efectiva para evitar complicaciones y reducir contagios.

En contraste, la vacuna contra la fiebre amarilla sí está disponible de forma gratuita en el sistema público de salud. Solo se requiere una dosis de por vida, y puede aplicarse nuevamente sin riesgos si la persona no recuerda haber sido inmunizada. Esta vacuna es especialmente importante para viajeros a zonas tropicales y países que exigen el certificado de vacunación como requisito de entrada.